samedi 25 septembre 2010

Hamás y Fatah acuerdan reanudar el proceso de reconciliación interpalestino



DAMASCO, 25 sep (Xinhua) -- El movimiento islámico palestino Hamás y el movimiento palestino Fatah acordaron el viernes tomar medidas para reanudar el proceso de reconciliación interpalestino.
Según una declaración emitida después de una reunión de tres horas de duración, los dos movimientos llegaron a un acuerdo para comenzar a tomar medidas prácticas para poner fin a los conflictos entre estos dos principales movimientos rivales.
La delegación de Fatah se reunió el viernes con el líder de Hamás afincado en Damasco Khaled Mashaal en Damasco para reiniciar las conversaciones de reconciliación entre los dos movimientos rivales.



La reunión es el resultado de los esfuerzos realizados por Mashaal después de haberse reunido en Arabia Saudí con el jefe de los servicios de inteligencia de Egipto, Omar Suleiman, quien ha tenido un importante papel en los esfuerzos de El Cairo por poner fin al conflicto entre los dos partidos.
Hamás y Fatah han estado implicados en una violenta lucha por el poder desde que el movimiento islámico Hamás arrollase a su rival, el laico Fatah, en las elecciones legislativas de 2006.
El año pasado, Egipto suspendió su papel de mediador, y las relaciones entre El Cairo y Hamás se han deteriorado después de que Hamás rechazase una propuesta de Egipto argumentando reservas en cuanto a la seguridad y las elecciones.

Arafat en el recuerdo

11 Noviembre 2004
Su corazón de combatiente pareciera haber esperado para dejar de latir, a que los que han compartido su lucha y su ejemplo, organizaran la continuidad de su obra..
Ha muerto el presidente palestino Yasser Arafat a la edad de 75 años, y el mundo acude en silencio y con admiración y respeto, a tan dramático final de un luchador que consagró su vida a una de las epopeyas más difíciles del último siglo, y aun no completada: la constitución de un Estado palestino independiente.
Su vida estuvo inmersa siempre en esa batalla todavía inconclusa, debido a la política de los gobiernos israelíes y la subordinación de estos a los designios de Estados Unidos.
La causa palestina, por la que Arafat lucho y murió, ha tenido, además, momentos de gran apoyo internacional en muchas ocasiones, y un silencio cómplice de organismos internacionales que asisten cada año a la contemplación impotente de un crimen cuyo aliado mayor es el veto norteamericano a cada resolución que en la ONU u otro foro universal pretenda al menos criticar o exigir a Israel para que respete la integridad y el derecho a su propio Estado por parte del pueblo palestino.
Yasser Arafat, o Mohammed ABDEL Raouf Al-Qudwa Al-Husseini, nació el 4 de agosto de 1929 en tierra palestina.
Ya en 1948 participa en la defensa de los territorios ocupados, contra las conspiraciones colonialistas sionistas.
En 1961 culminó sus estudios de ingeniería civil en la universidad de El Cairo, lugar en el que había fundado la Liga de los Graduados palestinos en Egipto. Unos años más tarde, en 1959 fundó la Unión General de Estudiantes Palestinos, en El Cairo, organización que de destacó por su importante papel en defensa de la causa del pueblo árabe.
En su trayectoria se destaca cuando en 1965 se inicia la Revolución palestina, encabezada por el Movimiento para la Liberación Nacional, Al Fatah.
Su prestigio como dirigente político y combatiente de primera fila le permitió que en 1969 el Consejo Nacional Palestino (en el exilio) lo eligiera presidente de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).
El mundo lo recuerda cuando el 15 de noviembre de 1974 intervino ante la Asamblea General de la ONU, y en nombre de todos los movimientos de liberación nacional del mundo, pidió a la ONU y a la comunidad internacional que exigiera a Israel el cese de la represión contra la población árabe y la retirada de los territorios ocupados por las fuerzas de Tel Aviv.
Los años entre 1970 y 1982 encontraron a Yasser Arafat dirigiendo la resistencia palestina tanto en el terreno militar como en el político-diplomático.
En 1982 dirigió de forma heroica y ejemplar la gran batalla de Beirut, durante la invasión israelí al Líbano, que pretendía destruir la infraestructura de la OLP y el apoyo y solidaridad árabe y mundial con la causa de ese pueblo.
Fueron 88 días de intensos combates y heroica resistencia, que conmovieron a la comunidad internacional, y que culminaron con un acuerdo de retirada de las tropas palestinas, acogidas entonces en varios países de la región árabe.
En 1988 el Consejo Nacional Palestino proclama el Estado independiente y elige como Presidente a Yasser Arafat, quien de inmediato lanza una iniciativa de paz que reconoce, además a Israel como un Estado que puede existir al lado del palestino.
En 1994 firmó con el entonces premier israelí Itzhak Rabin el llamado Acuerdo de El Cairo y es partícipe desde entonces de negociaciones y firma de varios documentos internacionales con pretensiones pacificadoras, pero que luego fueron incumplidos o violados por los gobiernos israelíes, evitándose en todos los casos la concreción de alguno de ellos.
El 1 de julio de 1994 Yasser Arafat regresa del exilio y pisa el territorio palestino por primera vez desde hacía 27 años.
El 10 de diciembre de ese propio año obtiene, de forma compartida con el entonces canciller israelí Simón Pérez, el Premio Nobel de la Paz.
El 20 de enero de 1996 fue elegido presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en las primeras elecciones libres y generales celebradas en aquellos territorios.
La última década de su vida la dedicó por entero, desde su puesto de mando en la Muqata, Ramallah, a incentivar la unión de la resistencia palestina y la búsqueda de un consenso internacional que pusiera fin al silencio cómplice sobre el genocidio que se estaba cometiendo contra la población de aquellas tierras.
El Gobierno del primer ministro israelí, Ariel Sharon, mientras tanto, arreció la represión y confinó al Presidente Arafat a no salir de la Muqata, lugar en el que permaneció como prisionero hasta su salida hace apenas 15 días para ser atendido de urgencia en un hospital de París, donde falleció en la madrugada de hoy.
Con su muerte, ha dejado de latir el corazón de un verdadero combatiente por la causa de su pueblo, y aunque en vida no pudo llegar a conocer la formación del Estado Palestino independiente, su ejemplo será inspiración para que quienes lo siguieron en la lucha, continúen su obra y su ejemplo de revolucionario inclaudicable de corazón noble y sincero.

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